lunes, 24 de octubre de 2011

Aguanta el tipo (AMIR: Simulacro 1)

Creo que todos estaremos de acuerdo: Los exámenes no suelen ser de nuestro agrado. Si acaso unos pocos elegidos son capaces de afrontarlos sin ansiedad ni un nivel elevado de estrés. Esto quizás se cumple más en el estudiante medio de medicina. Muchos exámenes, mucha información, preguntas con "mala idea" y mucha responsabilidad (es cierto que no siempre por los mismos motivos, pero siempre existe esa presión).

Mi caso quizás sea todo un poco más exagerado. Me resulta muy complicado controlar mis niveles de estrés según se va acercando la fecha de un examen importante. Quizás sea por mi forma de ser (soy una persona bastante insegura en muchos aspectos) o por mi gran capacidad de desorganización, pero lo cierto es que en más de una ocasión este estrés me ha perjudicado a la hora de hacer exámenes.

Mi principal miedo hacia el MIR no era tanto por la dificultad del examen ni por la cantidad de materia que hay que prepararse, sino por mi actitud hacia el mismo. Es un examen que poco o nada tiene que ver con lo que he podido experimentar hasta ahora y supone dos grandes retos para mí.

El primero es respecto a la preparación. Cuando antes dije que soy una persona muy desorganizada no mentía. Preparar cada examen siempre ha sido un reto para mí porque me ha resultado imposible cumplir planes y calendarios de estudio (soy de esos a los que las últimos días/horas les acaba cundiendo bastante). El hecho de comenzar a prepararme en una academia con tanto margen de tiempo es porque por mí mismo habría sido incapaz de lograrlo. Pero el hecho de que otra persona(s) me organice el estudio no garantiza que sea capaz de cumplirlo, requiere un gran esfuerzo por mi parte y he de hacerlo desde el principio, cosa que me he propuesto seriamente, pero aún está por ver si soy capaz de cumplirlo.

El segundo es respecto al propio examen. Y no por su dificultad o por el volumen de materia a preparar, como he dicho antes (que conste que no es que no me preocupen estas dos cosas, que lógicamente, si me preocupan) sino por su duración.

Veamos, sé que muchos consideraréis que su duración entra dentro de la dificultad del examen, pero considero en mi caso que es algo a parte. Estar 5 horas sentado y concentrado realizando un examen de este calibre es algo que ahora mismo es imposible que pueda cumplir. Me cuesta mucho permanecer tanto tiempo de forma continuada realizando cualquier tarea, aunque sea puramente ociosa. Menos mal que realizaremos entre 30 y 35 simulacros que me ayudarán a acostumbrarme, ya que de no ser así, lo llevaba claro.

¿Cómo fue el primer simulacro? Creo que todos queríamos estar frente a nuestro primer simulacro desde que supimos la fecha en la que lo íbamos a realizar (aunque al final con cambios de última hora por una errata en el calendario, que en principio fechaba el examen el sábado 29), así que casi nadie faltó a la cita el pasado sábado. Lo primero que nuestro tutor nos explicó es que el resultado era lo de menos (seguro que en este preciso momento, los lectores que sean alumnos AMIR habrán evocado un recuerdo en el que un jamón es el protagonista), que lo más importante era que aguantáramos las 5 horas, o en su defecto hasta terminar el examen, sentados intentando razonar lo que pudiéramos razonar y no preocupándonos de lo que desconocíamos, ya que era normal que muchas preguntas sobre determinadas materias nos fueran bastante desconocidas. Esto tuvo que repetirlo a la media hora de comenzar el simulacro, ya que tuvo que ver a muchos con cara de preocupación. El examen que nos entregaron constaba de 3 partes:

- El cuadernillo de preguntas, que constaba de 32 páginas con 235 preguntas, 10 de las cuales eran de reserva.

- El cuadernillo de imagenes, que servía como complemento a las primeras 30 preguntas del examen, muchas de las cuales estaban vinculadas entre sí.

- La hoja de respuestas, que nos recomendaron que no rellenáramos ni una a una ni al final porque tendríamos muchas posibilidades de equivocarnos al pasar las respuestas. Lo ideal era rellenarla en tandas que nosotros mismos eligieramos. ¡Y que no se me olvide lo más importante! ¡Hay que firmar esta hoja o todo el esfuerzo el día M puede ser en vano!

Cuando llegó la hora de mi primer descanso (urgía pasarse por el baño), habían pasado poco más de dos horas y un servidor iba por la pregunta 100 más o menos (contando las preguntas vinculadas a imágenes). Una vez volví a mi asiento, se hizo realidad uno de los problemas que os comentaba antes, perdí la concentración y de ahí en adelante me resultó bastante complicado razonar a pleno rendimiento muchas de las preguntas que de otra manera habría sido capaz de contestar (lo confirmé cuando hice el repaso del examen completo en la página web), por lo que es algo en lo que he de hacer hincapié si en su momento quiero obtener un buen resultado.


Terminé el examen en aproximadamente 4 horas y media y pasé los resultados en la web esa misma tarde. He de decir que tenía especial reparo en acabar en "negativo" (había soñado incluso en batir el récord de la academia, que nos habían dicho que era de -18 preguntas netas), pero he de decir que a pesar de mi falta de ritmo y concentración, acabé bastante lejos de batir esa marca, así que debo estar contento.

Curiosidades: Destacar el ataque de risa que tuve que reprimir al llegar al bloque de estadística, no se por qué pero creo que muchos sentirían algo parecido a lo que yo sentí. Por lo demás, me supuso un gran alivio el ver que la gran mayoría de las preguntas eran "normales", es decir, que no son tan rebuscadas y formuladas para provocar el fallo como a las que estamos acostumbrados en la carrera. Es un gran alivio, repito.

Un saludo a todos. Próxima parada... ¡Dermatología! (¿o no?)

jueves, 20 de octubre de 2011

"Cuida tu corazón": La Triple Vírica aportando su granito a #videosysalud

Cuida tu corazón, lleva una vida sana

I Jornada de Comunicación Audiovisual y Salud - Madrid, 22 de Octubre de 2011

#videosysalud



En colaboración con La chica de arenisca

lunes, 17 de octubre de 2011

Ojos bonitos (AMIR: Clase 1)

Quien me iba a decir a mí hace unos años que yo iba a estar escribiendo (semanalmente, espero) entradas sobre mi experiencia en una academia para preparar el MIR. Y lo digo porque veía todo bastante negro y hasta hace poco no ha comenzado a aclararse, afortunadamente.

Antes de conocer las ofertas de las academias en las que podía matricularme en Sevilla, tenía bastante claro que la elección iba a ser AMIR.

¿Por qué? Para mí era lo más práctico, los manuales que he ido consultando estos últimos años para preparar alguna que otra asignatura o simplemente para encontrar información de forma rápida, fiable y actualizada han sido los de AMIR. Y que conste que también he tenido en mi poder manuales de CTO, pero siempre me ha resultado más satisfactoria la consulta en los primeros. Para gustos colores.

El día de la presentación, tuvimos el placer de contar con la presencia de Jaime Campos Pavón, uno de los directores de la academia. Y digo placer porque no sólo consiguió explicarnos qué significaba estudiar el MIR de forma amena, sino que logró que muchos de nosotros cambiaramos la ansiedad (que traíamos de serie casi el 100%) por gran ilusión y ganas de comenzar. Para el que no lo sepa de primera mano, creedme cuando os digo que hay que ser alguien muy especial para conseguir esto.

Nombro el día de la presentación y la presencia de Jaime porque me sirve para introducir la primera clase, oftalmología, ya que la impartió él.

¿Qué es la oftalmología? Es una especialidad médico-quirúrgica que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías relacionadas con el ojo y sus anejos.

¿Qué supuso para mí en la carrera? En Sevilla, la oftalmología es una asignatura cuatrimestral que se imparte en 4º curso. He de reconocer que antes de que asistiera a mi primera clase de oftalmología, era una especialidad que me llamaba poderosamente la atención. Supongo que la razón principal era que desde pequeñín he llevado gafas para corregir mi miopía y astigmatismo y claro, es costumbre entre estudiantes de medicina querer profundizar cuando uno vive en sus carnes algún problema de salud, tenga o no relevancia en su día a día.

El problema vino al comenzar a asistir a las clases. La docencia no era para nada buena y la cantidad de información que querían transmitir sobrepasaba en mucho a lo que uno estaba acostumbrado en asignaturas de calibre similar. Además no es sencilla. Digamos que fue una de esas asignaturas que te obligan a estudiar de carrerilla y con tirria, destrozando todo interés personal por el contenido de la especialidad (hablo en mi caso particular, seguro que no todo el mundo comparte estas palabras).
Resumiendo: Aprendí poco o nada (y en esto creo que la gran mayoría de mis compañeros opinará igual) y no dejó a la especialidad en muy buen lugar como posible opción de futuro.

¿Cómo fue la clase de esta especialidad? Jaime es un crack. Quiero escribirlo nada más comenzar porque consiguió que todo el mundo entendiera conceptos, patologías y procedimientos que o bien nos resultaban difíciles de asimilar o nos los habían explicado de forma tan caótica que los creíamos imposibles de entender.
Con la máxima "Yo esto nunca lo entendí y a la hora de estudiarlo no tuve más remedio que memorizarlo. Mi intención es que vosotros no tengáis que hacer lo mismo" encabezando cada tema fuera complicado o no, lo cierto es que parecía conseguirlo con cada explicación. La sensación de comprender algo a priori complejo como la neuroftalmología o algo tan importante como mal explicado en la carrera como el glaucoma fue más que gratificante. Y todo aderezado con un gran sentido del humor que hizo que las casi 5 horas de clase se pasaran casi volando.

Curiosidades: Si algo tuvo la clase fueron anécdotas. Prácticamente cada explicación iba acompañada de diversas bromas con un sentido del humor desenfadado que hizo que casi todo el mundo (hasta los que estaban al borde del soponcio por la hora a la que se impartía la clase) acabara integrándose y disfrutando de la oftalmología.
Si algo puedo destacar son las experiencias que nos contó que vivió como residente, que hizo que más de uno acabara llorando de risa (creo que aquí he de incluirme el primero :P). Además dejó un mensaje bastante duro para los que tuvieran "Ojos bonitos", ya que son los que con más probabilidad tendrán problemas de visión e incluso llegarán a perder la vista a largo plazo por glaucoma crónico o desprendimiento de retina. Teniendo en cuenta que a un servidor llevan toda la vida diciéndole lo bonitos que tiene los ojos, no pude evitar pensar que mi futuro pasa por tener algún que otro problema de visión "complicado".


Esto ha sido todo, espero poder seguir narrando mi experiencia y que poco a poco vaya mejorando cada entrada.

Próxima parada... ¡Mi primer simulacro!

domingo, 16 de octubre de 2011

AtontadiOS

Hace poco menos de dos años que me introduje de lleno en el mundo de la "manzanita". Fue un cambio radical en muchos sentidos y la verdad es que creo que ha sido todo un acierto. Primero llegó el de sobremesa y luego, de distintas formas los pequeños dispositivos iOS.

Creo que la principal ventaja de cualquier producto apple es la sencillez con la que puedes realizar casi cualquier tarea y su principal desventaja el elevado precio de todos y cada uno de sus productos.

Al margen de lo que uno valore más a la hora de hacer crítica de la marca, lo que es indudable es que "el que lo prueba repite" y es algo que lleva ocurriendo desde la aparición en el mercado de sus primeros productos allá por 1976. Desde ese año el número de personas adictas a los productos de la marca fue en aumento y también fue calando en cada vez más países, hasta que finalmente se convirtió en, prácticamente, un estilo de vida. O por lo menos eso quieren creer los usuarios y es lo que pretende la propia marca (que no se nos olvide esto último y así no caeremos en el error de creer que somos especiales o entendidos, aunque la abrumadora mayoría de los usuarios así lo crea). El problema de esto último es que, también en la mayoría de las ocasiones, acaba apareciendo un incomprensible fanatismo hacia la compañía y cada uno de los pasos que da, justificando a veces lo injustificable y calificando de cuasi-perfectos cada uno de sus productos aunque, algunos de forma más que evidente, hayan sido un chasco a lo largo de la corta historia de la compañía.

Pero voy aún más allá... El fanatismo por una marca no es algo exclusivo de apple. Yo mismo cuando era bien chiquitín tenía discusiones al respecto con mis amigos sobre videoconsolas: Unos eramos de Sega y otros de Nintendo, a unos les gustaba el aspecto chulesco de Sonic y otros preferían al afable Mario...

...pero las discusiones iban más allá de gustos, todo se acababa centrando en criticar de forma destructiva, y en muchos casos desde el desconocimiento, a la compañía "rival" olvidándose de las virtudes que poseía la que era afín a nuestros gustos.

Hoy en día la cosa parece seguir igual. Cambiamos las marcas por apple y google (android para los amigos) y prácticamente tenemos un calco de la situación que muchos vivían en el patio del colegio. Pero hay diferencias importantes:

La primera es la edad de los implicados en estas discusiones. Si bien puedes encontrarte adolescentes intentando hacer ver a sus amigos que lo que ellos poseen es lo mejor y más "guay" y que lo de los demás no vale un duro, lo típico es encontrar a personas con bastantes más años a las espaldas discutiendo sobre por qué las desventajas de un producto que no poseen hacen más válida y acertada la adquisición del que tienen en sus manos. No nos engañemos, ambos son niños rozando el absurdo, sólo que unos usan un vocabulario más rico (bueno... a veces...) y elevan la voz para intimidar.

La segunda, y no menos importante, es que se pone en evidencia la falta de objetividad y profesionalidad de los especialistas del sector. Si bien es cierto que no todos caen en este juego, si que en un número importante de casos encontramos esta falta de objetividad en las páginas de prensa especializada y que de forma directa influyen en ese fanatismo, creando un circulo vicioso bastante vergonzoso.


Sacar conclusiones de todo esto no deja de darme cierto reparo, porque parece que estoy dando una reprimenda a un niño que aún se saca los mocos y en realidad estoy criticando a los que empiezan a perder pelo en la azotea por su comportamiento infantil, así que dejaré que cada uno saque sus propias conclusiones pero no sin dejar un apunte para el caso que ahora está de actualidad, esa lucha personal que tienen los usuarios "adultos" y no tan adultos de apple y android: Ni lo sencillo y simple (y caro) es lo mejor para todos sin excepción ni lo complejo es aprovechado por los que alardean de sus posibilidades, así que ya saben los que se den por aludidos, a disfrutar de lo que uno tiene y punto :P

Un saludo ^^

P.D: Ya que soy usuario de productos apple y que la entrada va dedicada en parte a la compañía no quería dejar de recordar a Steve Jobs, ya que sin él no sólo no existiría la informática tal y como la conocemos, sino que ¡No podríais discutir sobre cual de los productos es mejor porque no los habrían creado! D.E.P.